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MemeHouse, consulta médica

MemeHouse, consulta médica

Un día, en una pequeña clínica del barrio, llegó una paciente bastante peculiar. La señora Gómez, una mujer de mediana edad, conocida por su hipocondría, entró a la consulta del Dr. House con cara de preocupación.

—Doctor, siento que voy a vomitar y no vomito, siento que me voy a marear y no me mareo, siento que me va a doler la cabeza y no me duele. ¡Recéteme algo, por favor! —dijo con desesperación, casi suplicando.

El Dr. House, conocido por su sarcasmo y su falta de paciencia con casos que consideraba triviales, la miró con una ceja levantada y un aire de exasperación apenas disimulado.

—Mire, aquí están estas pastillas —dijo mientras sacaba un frasco de su cajón—. Haga como si las fuera a tomar, pero no se las tome.

La señora Gómez, sorprendida, lo miró sin comprender.

—¿Cómo dice, doctor?

—Sí, escuche bien. Haga como si se las fuera a tomar, pero no se las tome. Así de simple —repitió el Dr. House con una sonrisa irónica.

La señora Gómez salió de la consulta confundida pero decidió seguir el consejo del doctor. Cada mañana, durante una semana, sacaba una pastilla del frasco, la miraba detenidamente, la ponía en su lengua y luego la devolvía al frasco sin tragarla.

Increíblemente, al cabo de unos días, empezó a sentirse mejor. Los síntomas imaginarios desaparecieron y la señora Gómez, convencida de que había encontrado la cura milagrosa, volvió a la clínica para agradecer al Dr. House.

—Doctor, no sé cómo agradecerle. ¡Me siento mucho mejor! Esas pastillas son mágicas.

El Dr. House la miró con una mezcla de diversión y paciencia.

—Me alegra escuchar eso, señora Gómez. Ahora recuerde, la mente es una cosa poderosa. La próxima vez que sienta esos síntomas, intente no pensar en ellos. Y si eso no funciona, siempre puede volver a tomar las «pastillas mágicas» —dijo guiñándole un ojo.

La señora Gómez salió de la clínica con una sonrisa en el rostro, mientras el Dr. House volvía a sus asuntos, satisfecho de haber resuelto otro caso sin necesidad de medicina real, solo con un poco de psicología inversa y mucho sarcasmo.

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